19 dic 2007

La Cabaña M (FCF)

No sabían como pero Willy y Trivi se vieron envueltos en una ruidosa y molesta tormenta mientras viajaban con su coche por las laderas de aquella montaña tan alta. Cuando creyeron que ya era imposible escapar de aquella nieve, divisaron a lo lejos un pequeño cartel que decía Tenebro, con lo cual ellos pensaron que llegarían a algún pueblo donde refugiarse, pero lo único que descubrieron era una pequeña cabaña al lado del agujereado cartel de salida de Tenebro. Aparcaron el coche, un Peugeot 406 azul cerca de la cabaña con la intención de pasar allí la noche. Para luchar contra el frío recogieron unas cuantas ramas cercanas a la cabaña e hicieron un pequeño fuego en el interior de ella, sin miedo a quemarla ya que fuera nevaba fuerte. Descubrieron que no era nada más que un refugio antiguo para ganaderos que tuvieran que pasar la noche allí, así que estaba pobremente acondicionada para, al menos, pasar una noche tranquila.

A la mañana siguiente fueron despertados por extraños ruidos que provenían del exterior de la cabaña. Willy salió para ver que era y se encontró con algo que no esperaba en absoluto, un pueblo, Tenebro.

- Trivi despierta…¡despierta maldita sea! –dijo Willy alterado.

- ¿Qué pasa, a que vienen esas voces? –dijo Trivi todavía bostezando.

- Fuera hay gente, y casas, ¿Quién es esa gente? -dijo Willy.

- ¿Como, eso es…? –dijo Trivi.

Asomó la cabeza por la puerta y vio lo mismo que le decía Willy, gente que iba y venia de una especie de pueblo en el monte, y un poco más alejado puedo divisar el perfecto cartel de Tenebro, el cual le recordó a algo pero no sabía el que.

- ¿Cómo hemos acabado aquí? –digo Trivi pensativo.

- Pues ahora que lo dices no había caído en ello. -dijo Willy.

- Que extraño…¿y que hacemos aquí?, ¿Cuándo hemos llegado? –dijo Trivi.

- ¡No lo se, no lo se!, deja de agobiarme…preguntemos a alguien… -dijo Willy.

De repente, vieron como uno de los hombres que estaba fuera a lo lejos se acercaba con paso rápido hacia donde estaban ellos. Pensaron que sería el dueño del refugio e intentaron esconderse en las camas donde supuestamente habían dormido, hasta que la puerta se abrió. El hombre quedó en la puerta contemplando la pequeña cabaña y no se extraño por los grandes bultos que tenían las dos camas, así que se dispuso a marcharse cuando al darse la vuelta, uno de ellos estornudo. Rápidamente volvió a echar un vistazo a la habitación y entonces destapó una de las camas, quedando Willy al descubierto.

- ¿Qué haces aquí?, o mejor, ¿quién eres? –dijo el hombre.

- Haber…esa es una buena pregunta…si…esto…¿no lo sabemos? –digo Willy.

- ¿Cómo que no lo…sabéis? –dijo mientras destapaba a Trivi también.

- Hola…¿Qué hay para desayunar?...je… -dijo Trivi.

- ¿De donde coño habéis salido vosotros? –dijo el hombre extrañado.

- Vera, se lo he dicho, no lo recordamos, solo que estamos aquí y no sabemos por que, es algo raro sin duda. –dijo Willy algo desconcertado.

- ¿Habéis perdido lo memoria o algo por el estilo? –dijo el hombre.

- No, sabemos quienes somos, que vivimos en Oviedo, solo que no sabemos por que estamos en esta cabaña, ni que son estas ropas y objetos tan raros que llevamos. –dijo Willy.

- Interesante…venid conmigo…me llamo Luis, pero podéis llamarme Sam, siempre me gustó ese nombre. –dijo Sam.

- Yo me llamo Willy y él es Trivi, encantados. –dijo Willy.

Mientras se dirigían a casa de Sam, Willy no podía quitarle el ojo a la señal de Tenebro, le recordaba a algo pero no era capaz de saber a que. Tras pocos minutos se adentran en el pueblo, pequeño y algo despoblado. La gente no parecía tener mucho dinero y vivían de sus propias cosechas. Las casas se podían contar casi con los dedos de las manos y era raro ver una de dos pisos, excepto la posada del pueblo, la casa del alcalde y la casa de su nuevo amigo Sam. Estaba situada en lo más alto del pueblo, era de dos pisos bastante amplios y un garaje.

- Bonita casa, debes tener dinero ¿eh? –dijo Trivi en broma.

- No vivo mal no. –dijo Sam.

- ¿A que te dedicas Sam? –dijo Willy.

- Doy clases de matemáticas, física y química en la escuela del pueblo, a mis 66 años ya no puedo andar investigando por laboratorios, estoy cansado de eso. –dijo Sam.

La casa no estaba todo lo ordenada que hubieran querido, parecía la casa de un científico loco, y estaba todo en la penumbra y el ambiente un poco cargado. Las paredes estaban llenas de fotos, pero el despacho ya era un grado mayor de desorden, con mapas, libros antiguos, todo alborotado. Eso solo fue un rápido vistazo al despacho ya que nada más entrar Sam se dirigió a la puerta y la cerro con llave, como diciéndoles que no podían entrar ahí.

- Vuestras habitaciones están arriba, hay justo dos, a no ser que queráis dormir juntos claro. –dijo Sam.

- No, creo que mejor una en cada una. –dijo Willy.

- Si creo que si. –dijo Trivi mirando de reojo a Willy.

- También hay ropa en los armarios, poneos lo que queráis y dejar esa ropa vuestra en el baño del fondo donde pueda recogerla. Si tenéis hambre ir a la cocina y no os cortéis, pero luego picar al despacho que quiero hablar con vosotros. -dijo Sam.

Al cabo de un rato los dos estaban asaltando la cocina de Sam como si no hubieran comido en días, y a la vez se estaban preguntado que sería de lo que quería hablar Sam, seguramente de quienes eran y de donde venían, cosa a la que no podían responder y por ello tenían alguna esperanza de que tratase de eso, que él supiera algo de ellos. Una vez vestidos y comidos se dirigieron al despacho de Sam para hablar.

- Bueno supongo que querría hablar sobre nosotros, es decir, sobr... –dijo Willy.

- ¡Exacto! No se quienes sois, solo se vuestros nombres y vuestra procedencia, sin embargo no sabéis lo que hacéis aquí ni como llegasteis aquí. Como un poco difícil de creer. –dijo Sam.

- Seguramente fue alguna cosa graciosa que nos pasó, pronto conseguiremos la forma de llegar a casa y se… -dijo Trivi.

- No podéis volver a casa sin mi, eso tenedlo claro, y os voy a explicar por que. No estáis secuestrados por mi ni nada parecido, sino estáis secuestrado por el tiempo. Bueno en parte fui yo pero eso ahora no viene a cuento, el hecho es que estáis aquí pero no sois de aquí. –dijo Sam.

- Creo que no te seguimos Sam. –dijo Willy.

- Eso, eso, no te seguimos… -dijo Trivi con cara de circunstancia.

- Veréis, todo comenzó cuando…

Sam comenzó a contar toda su historia, que básicamente se trataba de que él no tenía 66 años, sino 69 años. Esto puede parecer absurdo para la historia, pero en realidad es el hecho de más relevancia. Él iba un día de 1934 con su coche en dirección a Madrid cuando tuvo un accidente a causa del hielo y acabo estrellándose contra una cabaña abandonada, curiosamente muy parecida a la de Tenebro, y quedó inconsciente. A la mañana fue despertado por un hombre que iba en coche y vio el coche volcado en la nieve, y supuestamente bajo a rescatarle pero solo se acercó y le dijo que había hecho un milagro y que le dejaría el resto a Sam, después de entregarle una extraña caja, cuando cogió el coche y se marcho de allí. Sam no tenía heridas importantes así que se dirigió andando al pueblo más cercano, Tenebro, y allí le atendieron como pudieron. Extrañamente el presentaba los mismos síntomas que Willy y Trivi, la perdida de parte de su memoria, no se acordaba de cómo había llegado, y menos de que estaba en 1931. En el pueblo conoció al antiguo profesor de la escuela, al cual le intento explicar lo sucedido y le pidió que le dejara material para sus propios experimentos. Extrañamente a los dos años y medio de la llegada de Sam al pueblo, el profesor moría y el tomaba el mando de la escuela y la casa, con todo lo que ello conlleva. Al poco descubrió la verdad de su viaje a Madrid, después de tres años investigando. Él era un viajero del futuro, cayó en un túnel del tiempo cuando tuvo el accidente y apareció tres años antes en esta aldea y con la paradoja de los viajes, como lo llamo él, perdió la memoria de todo futuro conocido a partir de 1931, pero ahora lo recordaba todo. Aquel hombre extraño había abierto la puerta de 1931 y Sam había caído dentro abriendo la de 1934. Sam necesitaba nueva información que no podía conseguir él solo, así que examinó la caja que le había dado el extraño y descubrió que era la maquina que había utilizado para abrir la puerta del túnel del tiempo. Desde entonces usó esa maquina de rayos M para mantener abierta una puerta a su época, y que alguien viniera para contarle el futuro. Así estuvo todos estos años, sin resultado año tras año, hasta ahora.

- Desgraciadamente no os puedo decir de que año sois, pero desde luego sois de un futuro, así que necesito que recuperéis la memoria y me contéis todo lo que sepáis, y por ello no os vais a mover de aquí en una buena temporada. –dijo Sam.

- Esto es un poco extraño, ¡esto es del todo imposible! –dijo Willy.

- Mirad a vuestro alrededor chicos, las ropas con las que aparecisteis, vuestra memoria, esos objetos tan raros, por ello me di cuenta al instante de que un pez había picado en mi anzuelo de túnel del tiempo. –dijo Sam.

- Entonces necesitamos volver a casa, llévanos de vuelta a casa. –dijo Trivi.

- Eso es del todo imposible el túnel esta cerrado, y yo necesito que me contéis todo lo que sabéis, todo, pero no ahora, ha sido un palo difícil así que os voy a dejar descansar hasta mañana y entonces hablaremos de cómo aceros recordar, nos vamos a llevar bien. –dijo Sam mientras sacaba un revolver del cajón de la mesa y lo dejaba encima de la mesa.

- Así que no tenemos opción, ¿verdad? –dijo Willy.

- No, iros a la cama a dormir, ahora. –dijo Sam.

Willy y Trivi fueron llevados a sus respectivas habitaciones y posteriormente Sam las cerró con llave. Al poco rato se pudo oír claramente la puerta de la entrada de la casa cerrarse, así que supusieron que Sam iba a darse un paseo.

- ¡Trivi! ¡Trivi! –gritó Willy.

- ¿Qué te pasa? –dijo Trivi.

- Debemos salir de aquí, intenta forzar tu puerta. –dijo Willy.

- ¡Trasss….ssss….ssss…!

- ¿Qué coño ha pasado ahí fuera? ¿Trivi? –dijo Willy.

- Pedazo de sillas se construían en esta época, seamos de la que seamos. Son capaces de derribar parte de una puerta de un solo golpe. Te aconsejo que te apartes de la puerta si no quieres lastimarte. –dijo Trivi con otra de esas maravillosas sillas en la mano.

- ¡Trasss….ssss….ssss…!

Una vez estuvieron los dos fuera de sus respectivas habitaciones, invadieron el despacho de Sam en busca de algún documento que les dijera como volver a casa, pero no lo encontraron. Se dieron cuenta de que la máquina de rayos M no estaba, así que tenían una ligera idea de donde podía estar Sam. Corrieron hasta llegar a unos árboles cerca de la cabaña del pueblo, de donde venían. Vieron como Sam estaba guardando la máquina en la cabaña, lejos de donde ellos pudieran echarle el guante, pero Sam no era tan listo como parecía. Cuando Sam se disponía a marcharse se percató de ciertos ruidos a su alrededor y descubrió a Willy y a Trivi intentando apoderarse de la máquina.

- ¿Qué hacéis aquí? Os dije que os quedarais en las habitaciones, no me gusta matar a la gente, aunque aquel profesor no me caía bien. –dijo Sam mientras sacaba el revolver.

- Si usamos tu máquina podremos volver a nuestra época, no nos puedes retener aquí, deberías ayudarnos a volver. –dijo Willy.

- No me interesa lo que queráis, me interesa lo que yo quiero, y vosotros volveréis conmigo a la casa. –dijo Sam apuntándoles.

- Lo siento Sam, vamos a entrar, nos vamos. ¡Vamos Trivi! –gritó Willy.

- ¡Si conectáis el túnel no sabéis donde vais a acabar! ¡Volved aquí insensatos! –gritó Sam mientras disparaba alocadamente a la cabaña.

- Bien, ahora estamos dentro y no podemos salir así que, bueno, ¿a donde vamos? –dijo Trivi.

- Entremos en el túnel…¿Donde esta el túnel?...da igual muevete. –dijo Willy.


UO190911 ----> Historia corta de ciencia ficción.

1 comentario:

Anónimo dijo...

No me gusto nada la miradita que le echó Trivi a willy en el reparto de las camas!!

Totalmente de ciencia ficcion!

jeje